Follow your heart, (Sigue a tu corazon), cap 6

-¿Qué debemos hacer, querido?
-No lo sé...Lo mejor será dar la noticia...
-¿Cómo la convenceremos para que acepte el compromiso?
-No la convenceremos...Yo me encargaré de ello...
-¿Cómo?

Me desperté con el cantar de los pajarillos (si que me gustan los pájaros xD) y me levanté.
Al parecer, no había sido un sueño.
Estaba en la misma habitación de ayer, con la misma chimenea de ayer y en la misma casa de ayer.
Me había recogido el chico de ayer, Phineas y ahora me preparaba el desayuno.
Al ver cómo me trajo un pedazo de pan y un vaso de agua, me sentí la chica más desgraciada del mundo.
¿Por qué le habría mentido? Es inconcebible que trate mal a una persona que me da de su comida... ¡Aun no teniendo mucha!
¿Por qué tuve que hacerlo? ¿Por qué le habré dicho que me llamaba Elisabeth?
Iba a seguir quejándome de mi desgraciada existencia, cuando el pelirrojo se me acercó y me preguntó cómo me encontraba:
-¿Elisabeth? ¿Cómo te encuentras?
-Bien...Ha sido muy amable por vuestra parte recogerme ayer y dejarme dormir en vuestra casa...Pero darme de comer es demasiado... ¿Por qué dais desayuno a una completa desconocida? ¿Y si soy una ladrona? ¿Y si os estoy engañando?-pregunté.
Prefería que me echara de su casa a estar en ella fingiendo ser quien no soy.
-Simplemente porque sé que no sois ninguna de esas cosas. Eres una buena chica. Y...Sé que no es propio de mí decirlo, pero...Me pareces la chica más amable, dulce y hermosa de todo el mundo...-comentó él, sin quitar sus ojos azules de mí.
Me sonrojé levemente y suspiré.
-Phineas...Sois un buen chico y...-no pude articular más palabras, puesto que me tapó la boca con un dedo y me dijo:
-No me hables con ''sois'', dime ''eres''. Aunque no te conozco mucho, ya eres como de la familia...
Los ojos azules y profundos de Phineas me hipnotizaron y me llevaron de nuevo a un mundo de fantasías.
-(Ay...Es que es tan mono...)
-¿Elisabeth? ¿Estás bien?-me despertó él-. Estás totalmente roja. ¿Tienes fiebre?-preguntó y buscó un paño mojado.
-Awww..es que eres tan atento y tierno...-se me escapó accidentalmente.
-¿Qué?-me preguntó, sonrojándose rápidamente.
-Es decir...Que eres muy atento...Pero no tengo fiebre...Gracias de todas formas.-dije riendo nerviosamente.
-Ah...Menos mal...-suspiró-. Bueno... ¿Estás bien? ¿Y el tobillo?
-Me sigue doliendo un poco, pero...-no dije nada más, ya que Phineas cogió el paño mojado y me envolvió el pie con él.
Levantó la vista y me quedé nuevamente perdida en su mirada.
-¿Elisabeth? ¿Elisabeth? ¿Qué te ocurre?
-Sólo que tus ojos son tan...hermosos...-dije sin pensar.
-¿Qué? ¿Mis ojos? ¿Te gustan?-preguntó él, confundido y ruborizado.
-¿Eh? Es decir...
-¿Cómo estáis, tortolitos?-dijo Candace, apareciendo en el salón.
-¿Tortolitos?
-Sí. ¿No sabes que Phineas se quedó toda la noche al lado tuyo? Estaba ''algo'' preocupado por ti.-rió ella.
-Eh...Es nuestra invitada...-contestó él.
-¿Seguro que sólo es eso para ti?
-Eh...Bueno...Pues...Creo...Que...
-¡Ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji!
-Ay...-dijimos los dos a la vez y nos sonrojamos.