Follow your heart, (Sigue a tu corazon), cap 7

-¿Quién sois vos? -preguntó un guardia, acercándose al hombre que se hallaba delante del gran portón.
-Soy el Rey de Danville y he venido para hablar con vuestro rey.
-Lo siento...pero está enfermo. Si queréis, podéis hablar con su hijo, el príncipe Antonio I.
-¿Antonio? De acuerdo. Hablaré con él.-contestó y el guardia lo acompañó al gran castillo.

-Bueno... ¡Voy a casa de los Johnson!-exclamó Candace.
-Pero si ayer fuiste...Y no podemos permitirnos el lujo de comprar pan dos dias seguidos, Candace...-comentó Phineas, entristecido.
-¡No para comprar pan! Sólo para visitar a Jeremy... ¡Presiento que se me va a declarar pronto!-contestó ella sonriendo y se marchó alegremente.
-¿Se le va a declarar? ¡Qué romántico!-dije.
-Sí...Supongo.
-Bueno...No tengo hambre-le di la bandeja-. ¿Quieres comerlo tú? Lo necesitas mucho más.
-No, gracias. ¿Cómo va tu tobillo?
-Bien.-dije sonriendo.
Phineas se me acercó y me miró el pie, quitando el paño que aún seguía humedecido.
-Está mucho mejor que cuando te encontré.-sonrió él.
-¡Qué bien! Eso es gracias a ti, Phineas. ¡Eres el mejor chico del mundo!-exclamé y lo abracé.
-N-no e-es n-nada...-me respondió, sonrojado.
-¡Phineas! ¿Has visto el anuncio en la calle?-preguntó Ferb, entrando en el cuarto.
-¿Anuncio? ¿Qué anuncio?
-Mira.-dijo, enseñándole el papel.
-Hum...-lo coge-. ''Nuestra querida princesa, Isabella, se ha fugado y no sabemos dónde se encuentra.
Si usted, que está leyendo esto, la ha visto, anúnciese en palacio y recibirá recompensa por la información.
Gracias, Atte. El Rey y La Reina''
Debajo, había una foto reciente de la princesa. Llevaba su vestido habitual rosa con un lazo en la cintura.
-Hum...Me suena mucho.
-¿Sonarte?-lo mira extrañado-. ¡Es Elizabeth!
-¿Cómo? Elizbeth es sólo una campesina...No es la princesa.-contestó Phineas, convencido.
-Mira la foto. Si a la princesa le cambias el vestido con el traje sencillo de Elizabeth, ¡son idénticas!
-Pero aun así. La princesa se llama Isabella y nuestra amiga es Elizabeth. ¿No has escuchado eso de que cada persona tiene un ''clon'' en alguna parte del mundo? Pues a lo mejor esto es un ejemplo.
-¿No lo ves? La princesa desapareció el mismo día que tropezaste con Elizabeth. ¡Con que la princesa Isabella se cambiara la ropa ya está! Además, ¿no viste a Elizabeth preocupada y que parecía que estaba huyendo? ¡Es la princesa Isabella que se escapó de palacio!
-Sigo sin creerlo, Ferb. Lo siento. ¡Elizabeth no nos engañaría! ¿Verdad, Elizabeth?-se giró-. ¿Elizabeth?
Yo ya no estaba allí y la puerta se encontraba abierta.
-¡Elizabeth!-se giró hacia su hermano-. ¡Mira lo que has hecho! ¡La has enojado!-dijo Phineas, enfadado-. ¡Vamos a buscarla!
Los dos chicos salieron de la casa y miraron a su alrededor, pero no me vieron.
-¡Elizabeth! ¡Vuelve! ¡Lo siento!-dijo y empezó a buscarme por toda la aldea.

-....Snif.... ¿Cómo pude hacerle eso?...Snif...¡Soy una chica desgraciada y sin motivo alguno para existir!....snif.... ¿por qué?-lloraba desconsoladamente.
-Tranquila...No llores. Pronto volveréis a palacio y continuaréis con vuestra vida de lujo.-me contestó una voz.
-¡Yo no quiero mi vida de lujo si me casaré con quien no amo!-respondí y levanté la vista-. ¿Quién sois vos?
-Soy...Esteban. ¡Acompáñeme!-gritó él y me metió en un saco.
-¡Mmmmmmmmmm!-dije yo-. (¡Ayudaaaaaaaaaaaa!)

-¡Ferb! ¡Me ha parecido oír algo!-dijo Phineas.
-¿El qué? No he oído nada.
-Pues no sé...Debemos volver a casa...Mamá y Candace deben de estar preocupados...-suspiró el pelirrojo y se dio la vuelta.
Ferb observó la aldea y vio a un hombre. Concretamente era el granjero Smith, un hombre muy testarudo y avaricioso. Casi a nadie le caía bien.
Ferb escudriñó al granjero atentamente y por un momento creyó haber visto moverse el saco que llevaba a sus espaldas.
-(Será su perro que se volvió a escapar, supongo...)-pensó, sin estar convencido, ya que el labrador de Esteban Smith era mucho más pequeño y no tenía tanta fuerza como para casi tirarlo al suelo.
-Hola, mamá...Hola, Candace...-dijo Phineas, intentando sonreír.
-Hola, cariño...-contestó Linda-. ¿Qué te ocurre?-dijo, al verlo triste.
-Nada....
-¿Y tu amiga?
-No quiero hablar de ello...-contestó y subió a su cuarto.
-Candace.
-¿Qué pasa, mamá?
-Este es uno de esos momentos en los que tienes que hablar con tu hermano, ¿no crees?
-¡Pero estoy leyendo!
-¿Tú? ¿Leyendo?
-La última revista sacada de: ''Moda Medieval Adolescente'' o ''MMA'', para abreviar. ¡Tengo que estar a la última!
-¡Candace!
-Vale, mamá...-dijo y suspiró-. Siempre yo...
-¡Candace!
-¡Ya voy!-se levantó de un salto y subió arriba.
-¿Phineas? ¿Qué estás haciendo?

-¡Eh!-exclamó Isabella-. Siento como si alguien hubiera dicho mi frase...

-Nada....
-He ahí el caso. ¡No haces nada! Tú siempre tienes algo en mente.
-Y lo tengo...
-¿Es sobre Elizabeth, verdad?
-Sí...Desapareció y no la he vuelto a ver...
-¿Te sientes mal?
-¿Mal? Eso se queda corto...
-Cuéntame.
-Me siento como si me estuviera muriendo...Me siento como si una parte de mí se hubiera ido...Me siento... ¡Me siento el chico más triste y desgraciado del mundo!-chilló Phineas y abrazó a su hermana-. ¡La echo de menos! ¡Era mi mejor amiga! ¡Era alguien muy importante para mí!
-Oh, Phineas...-dijo Candace y le devolvió el abrazo.
Era la primera vez que Candace sentía que su hermano la necesitaba.
En realidad, siempre se quejaba de él ya que le resultaba molesto que fuera tan independiente y quería sentirse como a una verdadera hermana mayor y sentirse necesitada.
Y...Este era justo el momento en que su hermano necesitaba TODA la ayuda posible.